viernes, 22 de octubre de 2010

La naturaleza, un regalo de Dios

Desde mi punto de vista, Dios creó el mundo para todos. Es propiedad suya pero es responsabilidad nuestra. Dios se hizo hombre y vino al mundo y nos ayudó a cuidarlo; pero ahora Él no está con nosotros en carne y hueso sino en espíritu. Como ahora Él está en espíritu, la naturaleza es plena responsabilidad nuestra, y debemos cuidarla.
Dios está en nuestro corazón y nos empuja a cuidar la naturaleza. Hay gente que no piensa en la naturaleza como un regalo de Dios, sino como un trabajo o un esfuerzo que al final no será recompensado. Si nosotros tampoco lo cuidáramos habría tanta contaminación que no se podría vivir. Además, duraría mucho menos la vida, ya que la capa de ozono ya se habría roto y no habría vida. Debemos cuidar la tierra porque Dios creó el mundo para la vida en el pasado, en el presente y en el futuro.
Mucha gente ha trabajado para que nosotros sigamos teniendo montañas, valles y lagunas. Ahora como ellos están con Dios, nosotros tenemos que continuar su trabajo para que nuestros descendientes tengan lo mismo que tenemos ahora. En conclusión: empecemos a cuidar la naturaleza porque, al igual que la vida, ella también es un regalo de Dios.

Por Marta M.L.

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